
Sus padres fueron Pedro Pascual Rafael Hernández e Isabel Pueyrredón. Su padre era hacendado en la provincia de Buenos Aires, y propietario de una barraca de comercio en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires.
Tenía dos hermanos: José Rafael, autor del “Martín Fierro” de quien era seis años menor, y doña Magdalena nueve años mayor que él.
Sus tíos: Eugenio y Juan José Hernández, estuvieron muy ligados al crecimiento de su patria. Eugenio abrazó la causa de la independencia logrando en las expediciones emancipadoras, el grado de Coronel. Juan José, peleó en la Batalla de Ituzaingó contra los Portugueses, instaló en Choele – Choel la primer avanzada cristiana, luchó contra los indios en la Campaña al Desierto (1833-1834) y desencarnó como Coronel frente a la infantería de Rosas, en la batalla de Caseros.
Desde chicos, Rafael y sus hermanos, sufrieron las tendencias políticas antagónicas de su familia: Federales los Hernández y Unitarios los Pueyrredón.
En 1840 Rosas persigue a los Unitarios, entre ellos a Mariano Pueyrredón, cuñado de Isabel. Es tradición familiar oír que un día a la tardecita, un fornido mulatón a caballo, simulando una gran borrachera, rondaba la Chacra de los Pueyrredón. Donde anticipa a los dueños la cercanía de la Mazorca, diciendo con ademán de degüello: “No se va a salvar ni esta”, mientras señalaba a Magdalena.
Era el asistente del jefe de la caballería Rosista.
Su madre muere el 11 de Julio de 1843, quedando ellos al cuidado de su abuelo José Gregorio Hernández Plata.
Su padre se dedica a tareas agropecuarias, llevándoselos con él temporadas muy largas. Es ahí, al amparo de su padre, donde los hermanos Hernández empiezan a conocer la vida del gaucho.
El 5 de Junio de 1857, un día de tormenta, iban Rafael y su padre a caballo cuando un fulminante rayo acaba con la vida de su adorado progenitor.
José se dedica al campo y Rafael debe volver a Buenos Aires a terminar sur estudios en el clegio Republicano Federal y luego la universidad donde se recibe de Agrimensor Nacional. Fue además Geógrafo e Ingeniero.
Crece entre los hermanos un amor sólido, un gran respeto y admiración mutua que se prolonga por el resto de sus vidas, eran inseparables; prueba de esto se lee en el “Martín Fierro”:
“ me han contado que el mayor nunca dejaba a su hermano…”
“ La Universidad es la representación genuina y legítima del Espíritu de independencia y libertad. ”
SU ACTUACIÓN ESPÍRITA
Don Cosme Mariño en su obra “El Espiritismo en la Argentina” cuenta de él: “No era un conferenciante melifluo y amanerado, no; él se presentaba a defender sus ideales valiéndose a veces de una dialéctica seria, cuando trataba de dilucidar temas científicos, o de elevada filosofía, pero este estilo no lo mantenía hasta el final; por el contrario, no pasaban cinco minutos sin que llevase el curso de sus razonamientos de tal modo que los remataba en una forma festiva e irónica, evitando así, en lo posible, que decayese el interés del auditorio; frecuentemente, esta manera de proceder, provocaba espontánea hilaridad y aplausos de parte del público. Así que se había hecho de la simpatía general con sus salidas ya campechanas, ya severas, pero en las cuales campeaba siempre el estilo criollo, porque el ingeniero Hernández era tan criollo en sus modalidades y estilo como su hermano José”.
Autoría de la biografía e imágenes: Ana Aramendi Jurado
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