Uno de los aspectos fundamentales sobre los que se basa el Espiritismo es la Ciencia, una ciencia experimental que se apoya en hechos demostrados y demostrables. Científico, porque aplica la metodología rigurosa y precisa.

A través de las constantes y dilatadas indagaciones se han manifestado a lo largo del tiempo diversos grupos de científicos prominentes y muy respetados de determinadas ramas –muchos de ellos con los nombres mejor conocidos de la ciencia– que terminaron abrazando la Doctrina de los Espíritus, a pesar de que inicialmente ellos eran escépticos pero de mentalidad abierta, y la aceptaron solamente después de una investigación concienzuda.

Vamos a referenciar a muchos de ellos que se consideraban personas muy prácticas cuyos principales descubrimientos en otras áreas cambiaron fundamentalmente la forma de vivir y trabajar de la gente. Ellos, racionalistas y humanistas, tuvieron que enfrentarse con intensa oposición por parte de los científicos materialistas que se unieron en su tiempo para tratar de suprimir sus conclusiones.

Alfred Russel Wallace (8 enero 1823-7 noviembre 1913): El británico naturalista, explorador, antropólogo y biólogo, fue más conocido por concebir independientemente la teoría de la evolución por selección natural y la coedición de un documento sobre el tema con Charles Darwin en 1858. Wallace se sintió atraído fuertemente por ideas poco convencionales. Su defensa del Espiritismo y su creencia en un origen no material de las facultades mentales superiores de los humanos, tensó su relación con la comunidad científica, especialmente con otros autores tempranos de la evolución. Wallace fue un autor prolífico que escribió sobre temas científicos y sociales.

Alexandr Nikoláievich Aksakov (27 mayo 1832- 4 enero 1903): Fue un autor ruso, traductor, periodista, editor e investigador psíquico. Perteneció a la Oficina del Gobierno moscovita durante varios años ocupando diversos puestos, retirándose como Consejero de Estado. Aksakov quedó muy impresionado por la obra de Emmanuel Swedenborg, y esto lo condujo a un gran interés por todo lo relativo a la mediumnidad, especialmente en sus manifestaciones físicas. A finales de 1860 se hizo famoso como uno de los organizadores de las sesiones de espiritismo por primera vez en Rusia. Continuó traduciendo las principales obras espiritualistas y en 1874 Aksakov comenzó a editar la revista mensual espiritista Psychische Studien con sede en Leipzig. Una de las mejores obras conocidas sobre el tema Animismo y Espiritismo fue publicada en 1893. En Europa, Aksakov se hizo conocido por su estudio de la mediumnidad con la británica Mme. D’Esperance, a quien luego elogió como una persona honesta, sincera y de un talento misterioso. Investigó también a la médium Eusapia Paladino.

Frederic William Henry Myers (6 febrero 1843- 17 enero 1901): Poeta, clasicista, filósofo, y al estar muy interesado en la Investigación Psíquica fue uno de los fundadores de la Sociedad en 1883. Myers cree que una teoría de la conciencia debe ser parte de un modelo unificado de la mente, que deriva de la gama de la experiencia humana, incluyendo no sólo a los fenómenos psicológicos normales, sino también la gran variedad de anormales y fenómenos sobrenaturales. Frederic Myers puede ser considerado con un «psicólogo importante de profundidad temprana» y su influencia en colegas como William James, Pierre Janet, Théodore Flournoy y Carl G. Jung ha sido muy bien documentada. Propuso la existencia de un «mundo metetherial» que describió como un mundo de imágenes que están más allá del mundo físico. El escribió que las apariciones no son alucinaciones, pero que tienen una existencia real en el mundo metetherial y que definió como de ensueño. Sus creencias de que las apariciones ocupaban regiones del espacio físico, marcaron su existencia objetiva, que se oponía en diferentes puntos de vista a sus contemporáneos, tales como Edmund Gurney y Frank Podmore, quienes escribieron que las apariciones eran alucinaciones.

James Hervey Hyslop (18 agosto 1854-17 junio 1920): Fue profesor de ética y lógica de la Universidad de Columbia, psicólogo e investigador psíquico. Desde 1906 hasta su muerte, Secretario-Tesorero de la Sociedad Americana para la Investigación Psíquica. Considerado como uno de los primeros psicólogos americanos para conectar la psicología con los fenómenos psíquicos. Originariamente era un agnóstico y materialista que tras su interés en la investigación psíquica aumentó después de las sesiones realizadas en Boston a través de la médium Leonora Piper, a quien conoció en 1888 y se convirtió en un miembro activo de la Sociedad para la investigación Psíquica en estrecha colaboración con el secretario del grupo estadounidense Richard Hodgson y con William James. Multitud de publicaciones dieron testimonio de su convencimiento de la existencia de la otra vida y llegó a proclamar: «Considero la existencia de los espíritus desencarnados como algo científicamente comprobado y ya no me refiero al escéptico como alguien que tenga derecho a hablar sobre el asunto. Cualquier persona que no acepta la existencia de espíritus desencarnados, y la prueba de ello, es un ignorante o un cobarde moral. Le doy poca importancia y dejo de tener pretensiones de discutir con él, suponiendo que sepa algo sobre el tema».A partir de 1907, trabajó con diferentes médiums para investigar la posesión espiritual. Realizó un estudio profundo acerca de la personalidad múltiple y de la obsesión y llegó a la conclusión de que en muchos casos puede atribuirse a la influencia de los espíritus.

William Jackson Crawford (1881-30 julio 1920): Profesor de Física del Instituto Técnico de Belfast, merece un lugar predominante entre los codificadores de las Ciencias Psíquicas. Investigador psíquico especializado en el estudio de las manifestaciones como telequinesis, ectoplasma,poltergeist,etc., llevó a cabo,durante cuarenta años, una vasta fenomenología espírita catalogada con la médium Kathleen Goligher como materializaciones, levitaciones de mesas, raps y otros. Las conclusiones de Crawford se resumen en tres importantes libros: The Reality of Psychic Phenomena (1916); Experiments in Psychic Science (1919); y The Psychic Structures in the Goligher Circle (1921). Sir William Barrett escribió el 24 de marzo de 1917: «Puedo declarar la autenticidad y el carácter asombroso de estas manifestaciones físicas y también el cuidado paciente y la habilidad que ha caracterizado las investigaciones laboriosas y largas del Dr. Crawford».

Hemos citado con detalle, tan sólo algunas referencias de espiritistas que contribuyeron, con su testimonio favorable, a su esclarecimiento, realizando investigaciones metódicas para probar el Espiritismo. Deseamos manifestar, y lo dijo Gustavo Geley, el hecho de que ni un solo hombre de ciencia ha negado la realidad de los fenómenos espiritistas después de su observación, por poco profunda que ésta haya sido. Por el contrario, son muchos los que, habiendo empezado el estudio de la Ciencia Espírita con escepticismo completo, han acabado siendo espiritistas entusiastas, como el profesor Robert Hare, de Filadelfia que realizó experiencias con instrumentos de precisión, de 1851 a 1854; el Conde de Gasparín en 1854; los estudios sobre la fuerza psíquica, los movimientos sin contacto y las materializaciones de Sir Willian Crookes, de 1870 a 1874; los trabajos del astrónomo alemán Zoellner, que le llevaron a descubrir una cuarta dimensión de la materia; las investigaciones en Francia del Premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1913 Charles Richet; M. de Rochas, administrador de la Escuela Politécnica; el Profesor Sabatier, de Motpellier, el Doctor Dariex, de Gramont, de Maxwel, de Watteville, el relevante Camille Flammarion, gloria de la Astronomía, el Doctor Segard, médico principal de la Marina, etc. El Doctor Paul Gibier, Director del Instituto Pasteur de Nueva York. En Inglaterra los profesores Morgan, Grégory, los doctores Chambers, Lockhart-Robertson, el Profesor Sir Oliver Lodge de la Sociedad Real de Londres, el Profesor W.O. Barret de Dublin; MM Chalis Profesor de la Universidad de Cambridge; M. Varley, etc. En Alemania y Austria: El Doctor Carl du Prel, de Munich; El Doctor Ciriax, los profesores Ulrici, Weber, Fechner, de Leipzig, Soherenck-Notzing, etc. En Suiza: El Doctor Perty, de Berna; MM. Metzger, Flournoy de Ginebra. En Suecia: Los doctores Tarneboem y Esland. En Rusia: Los profesores Boutlerow y Wagner; M. de Bodisco, el Doctor Ochorovies, etc. En Italia y España: Cesare Lombroso, el Profesor Otero; M. Giovanni Schiaparelli director del Observatorio astronómico de Milán; MM Ermacora y Finzi: Los profesores Brofferio y F. de Amicis, etc.

Al terminar esta lista, tan incompleta, desde luego, vamos a citar algunas reflexiones muy sugestivas de experimentadores que, escépticos al principio, acabaron siendo firmes creyentes en la Doctrina Espiritista

«Cuando me acuerdo que, en cierta época yo me asombraba del valor de W. Crookes de sostener la realidad de los fenómenos de los médiums; y cuando recuerdo, sobre todo, que yo leí sus obras con la estúpida sonrisa con que los colegas del ilustre sabio escuchaban sus opiniones sobre el Espiritismo, siento una infinita vergüenza de mí mismo…, mejor dicho, una gran vergüenza, por mí y por los demás…»

(Doctor Ochorowics).

«Pocos sabios ha habido en el mundo tan incrédulos como yo en las doctrinas llamadas espiritistas; para convencerse de ello, bastará consultar mi obra “Los locos y los anormales” (“Pazzi ed anomali”), así como también mis estudios “Sobre el Hipnotismo”, en los cuales llegué ¡incluso a insultar a los espiritistas…!»

(Cesare Lombroso).

«No he tenido más remedio que considerar como demolido todo el edificio de mis convicciones filosóficas, a las cuales había consagrado una gran parte de mi vida»

(Doctor Masucci).

«Habrá que negar el testimonio de mis sentidos o renunciar a todos mis conocimientos sobre la gravitación, la inercia, la fuerza motriz y todos los demás atributos de la materia. No puedo guardar silencio sobre estos hechos (los fenómenos de los médiums), porque esto sería una verdadera cobardía moral»

(Profesor Elliot Coues).

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