«Todo renacimiento, feliz o desgraciado, es la consecuencia de las obras practicadas en las vidas anteriores». (Krishna/Bhagavad Gita)

«La Revelación Espírita es una alta concesión que llega al hombre moderno, auxiliándolo a apresurar su marcha. No comprendida aún en su grandeza intrínseca, es la más alta expresión de la verdad dirigida al hombre». (Dr. Bezerra de Menezes, en: Manoel Philomeno de Miranda, Divaldo P. Franco, Locura y Obsesión, cap. 10)

La Doctrina Espírita sitúa a los habitantes de la Tierra en la categoría de espíritus inferiores con inclinaciones al mal, siendo el egoísmo y el orgullo la plaga actual de la humanidad (El Libro de los Espíritus, 100, escala espírita). Es lógico, entonces, que nuestra vida esté llena de sufrimientos muy variados, que representan formas educativas para la evolución. Por eso encontramos en El Evangelio según el Espiritismo, cap. 5 “Causas actuales de las aflicciones” y “Causas anteriores de las aflicciones”. En la primera, nos dicen los Espíritus Superiores que: «Las vicisitudes de la vida son de dos especies o tienen dos orígenes que conviene distinguir: unas tienen su causa en la vida presente y otras fuera de ella». Cuando puntualizan “otras fuera de ella”, se están refiriendo a vidas pasadas, siendo la Ley de Causa y Efecto, el medidor invariable de nuestros actos que rige el Universo, donde todos vivimos, prevaleciendo el amor.

Si nos remontáramos a los males terrestres que padecemos, con buen razonamiento y mucha humildad, reconoceríamos que sus causas son consecuencia de nuestro carácter y conducta. Los Espíritus nos refrescan la memoria enumerando situaciones de nuestra vida cotidiana como las siguientes: ¡Cuántos hombres caen porsus propias faltas, previsión, orgullo y ambición!; otros arruinados por falta de orden; uniones infelices por el cálculo del interés donde no existen los sentimientos del corazón; males y enfermedades por los excesos de todo género; padres infelices por la conducta de sus hijos, porque no combatieron las malas tendencias desde su nacimiento, por debilidad o indiferencia, dejando desarrollar en ellos los gérmenes del orgullo, egoísmo y vanidad, que secan los sentimientos nobles del corazón, recogiendo más tarde lo que sembraron, sintiéndose afligidos y extrañados sin entender por qué reciben esa ingratitud. Muchos dan como respuesta consoladora, si es que así se le puede llamar: ¡la culpa es de la sociedad en que vivimos! Pero los Espíritus de la codificación, sinceros como siempre, no aprueban nuestros pareceres superficiales y nos invitan, cuando tenemos el corazón herido por los acontecimientos de la vida, a tener valor interrogando fríamente a la conciencia, para terminar diciendo: «Si yo hubiese o no hubiese hecho tal cosa, no estaría en tal situación» ¿Quiénes de nosotros no ha expresado esta frase en algún momento? No hemos nacido con mala estrella como muchos piensan, estamos recogiendo lo sembrado. Por tanto, cuidando las acciones de hoy, estamos proyectando nuestra próxima reencarnación donde recogeremos lo sembrando.

La ley de la reencarnación abre para todos una nueva posibilidad de reparar los desajustes morales, debidos a la inmadurez psicológica de cada uno, en un proceso normal en el camino hacia las esferas superiores de la espiritualidad. El espiritismo invita a dar pasos seguros para despertar la conciencia a través de la práctica del bien, estando esta filosofía de vida fundamentada en las enseñanzas moralizadoras de Jesús, como modelo y guía de la humanidad, según esclarecieron los Espíritus a Allan Kardec.

«Las vicisitudes de la vida tienen, pues, una causa y puesto que Dios es justo, esta causa debe ser justa», proclaman los Espíritus. «El hombre las evitará cuando trabaje por su mejoramiento moral, tanto como por su mejoramiento intelectual»; ésta es la clave, la solución y el único camino. Animémonos a vivir estas enseñanzas que tanto bien nos harán; lejos de preconceptos y rituales, aceptándolas con la transparencia con la que los Espíritus las presentaron a la humanidad.

Si analizando nuestra vida actual, no encontráramos motivos para las aflicciones que estamos soportando, dos causas pueden ser analizadas: 1) Nuestro espíritu, con el ansia del progreso, ha escogido una vida de vicisitudes imponiéndose metas como medio de adelantamiento más rápido para su evolución, demostrando coraje y ejemplo para otros. 2) Estamos expiando un pasado que necesita ser reparado y que solamente en la condición de encarnado, tiene validez; esa es la Ley de Causa y Efecto que señalábamos al comienzo.

Nuestra querida y siempre recordada Amalia Domingo Soler, la cronista de los pobres como también fue conocida, dejó un escrito titulado “Un enemigo menos” que les invito a leer pacientemente en el libro La Luz del Espíritu. Narra la experiencia de un sueño cuando era niña y que más tarde, conociendo y estudiando disciplinadamente el Espiritismo, pudo saber su significado, comprendiendo entonces el rescate que estaba haciendo en su última reencarnación. La soledad y la carencia de familia, las amarguras de la vida que tanto sufrió con valentía, se debían a una encarnación anterior, cuando perteneció al sexo masculino con el nombre de Ludovico. En una época de enfrentamiento entre dos bandos, uno luchando por la patria, otro por la religión, los rojos y los azules, fue uno de los jefes revolucionarios, cayó herido y fue auxiliado por una respetable familia, que lo acogió durante casi tres meses en su casa y le salvó la vida. Su comportamiento no estuvo a la altura del amor y la confianza que recibió. Por eso tenía esos reencuentros persistentes con su enemigo desde la niñez, durante el sueño, perturbándole durante 33 años. Reencarnando en el sexo femenino, hizo un compromiso de rescate, entregándose al auxilio del prójimo y demostrando valor a las muchas dificultades que padeció. No dudó en entregarse a Jesús, comprendiendo que Él, es el Camino, la verdad y la vida, viviendo sus enseñanzas con firmeza hacia el encuentro de Dios nuestro Padre. Su esfuerzo interior granjeó la estimable compañía de su guía Espiritual, el Padre Germán, que le auxilió dejando bellos escritos que son una fuente inagotable de enseñanza y un bálsamo para nuestras vidas de aflicciones, exponiendo bellas reflexiones, animándonos al buen comportamiento para calmar las heridas de quienes sufrimos expiaciones. En sus escritos podremos encontrar esta simple invitación: «Ser hoy mejores que ayer, y mañana, mejores que hoy» 


Amalia Domingo Soler (1835 1909). Escritora y novelista española, y gran exponente del movimiento espiritista español por sus actuaciones de divulgación y médium psicógrafa.

En Iberoamérica, España y Portugal es reconocida por su libro Memorias del Padre Germán, dictado por su guía espiritual, el padre Germán. Sus escritos se caracterizan por el estilo poético y delicado.También se caracterizó por su fortaleza, en soportar numerosas dificultades por los prejuicios de la época sobre las mujeres, que superó con gran valor

 

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