Estamos de regreso a Viena, ciudad de la música, de las flores... de las nieves blancas en noches de luna llena, donde el reflejo de la luna nos brinda una claridad incomparable.
Caminando por las calles de esta ciudad, me encuentro con un cartel de propaganda de un líder de un partido político racista y xenófobo, que pregona la supremacía blanca y católica contra todas las otras religiones, creencias y razas, principalmente contra los musulmanes y judíos.
No estoy haciendo un viaje a la época del Nazismo, no. ¡Es hoy mismo, ahora, en el siglo XXI, en el año 2017, en el mes de mayo!
¡Qué gran engaño, qué pérdida de tiempo, qué desperdicio de vida para estas personas!
El mundo en general está pasando por momentos críticos donde, nunca como ahora, estamos necesitando de unión y menos ruptura.
Y la figura de Jesús vino a mi mente. Entonces, al hacer el Evangelio en el Hogar leí, en libro Fuente Viva de Emmanuel y Chico Xavier, la siguiente frase: “Hagamos la paz con los que nos rodean, luchando contra las sombras que aún nos perturban la existencia, para que se haga en nosotros el reino de la luz. Con la lanza en ristre jamás conquistaremos el bien que deseamos. La cruz del Maestro tiene la forma simbólica de una espada con la hoja hacia abajo. Recordemos, así, que siendo sacrificado sobre una espada simbólica, debidamente envainada, es que Jesús confirió al hombre la bendición de la paz, con felicidad y renovación.”
Aquella misma noche, recibí un mensaje de un amigo que me enviaba un enlace de un vídeo diciéndome: “Mira como las cosas están cambiando en el mundo. Te va a gustar mucho.”
Vi el video y me emocioné hasta las lágrimas.
Era sobre el islamismo y el sufrimiento causado a esta religión por los fanáticos terroristas islámicos. En un momento del video dice: “lance bombas hechas de amor y paz, amistad y comprensión, las únicas que llevan a la paz.” Y más adelante: “adora a Dios con amor y no con terror.”
Yo no tengo ni la más mínima duda de que las personas que elaboraron este vídeo estuvieron inspiradas por la Espiritualidad Superior, siendo fieles a esas inspiraciones, pues produjeron un material con un mensaje fuerte, penetrante, y que marcará positivamente un punto de inflexión en muchas personas.
Pero, ¿y nosotros? ¿Estamos siendo fieles a las Instuiciones de los amigos espirituales, que nunca nos dejan de amparar y sugestionar? No tengo la respuesta. Cada uno tiene que analizar su propia conciencia.
Muchas veces, los problemas y las dificultades del día a día son tan abrumadores que no escuchamos ni sentimos la presencia amiga orientándonos y caemos en el desánimo, o incluso hasta en el pesimismo, que es la senda más segura para la depresión y, quien sabe, si no para la obsesión.
Así pasó conmigo recientemente y quiero compartirlo con vosotros: Un día muy complicado profesionalmente me sentía desanimado e incluso desesperanzado con los obstáculos que tenía por delante, tanto que decidí ir a la iglesia de María del Socorro, aquí en Viena.
Es una pequeña iglesia, casi vacía, en una avenida muy bulliciosa de esta ciudad. Entré, y como siempre estaba sólo, yo y algún que otro ancianito rezando. Hice silencio en mi alma y oré pidiendo a Dios que me ayudase a encontrar la paz para que yo mismo pudiese encontrar la solución para la situación que me angustiaba. Pedía a Jesús que me iluminase los caminos y que yo supiese escoger qué camino era el más correcto, pero necesitaba Su Luz. Esta iglesia tiene varios candelabros que iluminan el pasillo central, un total de ocho grandes luminarias. Todas ellas estaban apagadas. Yo, en oración, sentí una presencia muy fuerte a mi lado y abrí los ojos. En este momento los candelabros comenzaron a ser encendidos, uno por uno, comenzando por el que estaba junto al altar hasta el que estaba encima de mí.
La iglesia estaba toda iluminada. La anciana que estaba sentada en un banco frente a mí miraba para arriba y decía: “sehr schön, sehr schön”, que significa: “muy lindo, muy lindo”...
Y yo allí estático. Las lágrimas inundaron mis ojos por la señal clara y evidente de que Jesús estaba conmigo e iría a iluminar mis caminos. Poco después llegó el sacerdote y se dirigió a mí y a la anciana diciendo: estaba probando la nueva iluminación. Iba a hacerlo más tarde, pero decidí hacerlo ahora. ¿Quedó bonita verdad?
¿Qué respuesta más evidente que esta podría esperar de la Espiritualidad amiga? Salí de allí con el ánimo renovado y sabedor de que Jesús había escuchado mis oraciones y que mi camino sería iluminado. Pero el camino tengo que recorrerlo yo solo; soy yo quien tiene que elegir continuar para adelante; si voy hacia la derecha o hacia la izquierda… Para saber cuál es el mejor camino basta sumergirnos en la búsqueda de la paz interior.
El mundo está en una fase de transformación acelerada. Nosotros espíritas sabemos que estamos en plena fase de entrada en el periodo de regeneración.
Recientemente, Divaldo Franco nos dijo en una de sus conferencias, que los espíritus inclinados al bien están llegando de forma acelerada, sustituyendo a aquellos que se van. Las violencias que hoy vemos hacen parte de ese crisol de mezclas entre las dos generaciones, una que sale de forma desesperada (llamados por Kardec retardados), intentando conseguir victorias parciales, y aquella que llega imbuida de valores morales más sublimes.
Kardec ya nos decía en El Génesis, cap. 18, párrafo 26: “El número de partidarios del retroceso es, sin ninguna duda, grande aún. Pero, ¿qué pueden contra la marea que asciende, además de arrojarle piedras? La generación que se eleva representa a esa marea, mientras que ellos des desaparecen junto con la generación que se va a pasos de gigante. Hasta entonces defenderán el terreno palmo a palmo. La lucha es inevitable, pero es una lucha desigual: entre el hombre y la voluntad de Dios, ya que los tiempos por Él señalados han llegado ya.”
No debemos alarmarnos con este estado de cosas negativas, la corrupción en los distintos países y la violencia yihadista y fundamentalista en el resto del mundo. La corrupción está siendo descubierta y mostrada a la población de manera abierta y clara. Esto hace que exista mayor conciencia para que este estado de cosas cambie de manera definitiva y la política sea reformada con nuevos protagonistas. La violencia yihadista está siendo rechaza por los mismos musulmanes, que están reaccionando contra estos fundamentalistas de manera ostensiva.
Las cosas en el mundo están cambiando para mejor.
¿Y cuál ha de ser nuestra contribución para que este estado de cosas, el cambio en la dirección del bien, la llegada de la fase de regeneración, se acelere? ¿Qué debemos hacer? La respuesta no puede ser otra: tenemos que procurar buscar la paz en nosotros mismos. Si así lo hacemos, llevaremos paz, concordia, comprensión donde quiera que estemos.
Haciéndolo así, estaremos finalmente asimilando y poniendo en práctica aquella enseñanza de Jesús que encontramos en Juan (14,27): “Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
La paz de Jesús es aquella de la cruz simbolizando la espada envainada, la espada guardada y encerrada. No más odios, rebeldías e intolerancias. No más muros y, sí, más puentes, puentes de entendimiento, de tolerancia y de comprensión y aceptación con las diferencias.
Esta es la paz que precisamos tener en el mundo. Esta es la paz que conseguiremos cuando sofoquemos en nosotros los sentimientos de orgullo de rabia, ira, egoísmo, de dentro de nuestra alma, que son las sombras que aún perturban nuestra existencia. La paz del mundo comienza en nosotros. Esta es la paz que necesitamos.
Enlace del vídeo:
http://elpais.com/internacional/2017/05/29/mundo_ global/1496062161_674489.html