Estamos de regreso a Viena, ciudad de la música, de las flores... de las nieves blancas en noches de luna llena, donde el reflejo de la luna nos brinda una claridad incomparable.
Caminando por las calles de esta ciudad, me encuentro con un cartel de propaganda de un líder de un partido político racista y xenófobo, que pregona la supremacía blanca y católica contra todas las otras religiones, creencias y razas, principalmente contra los musulmanes y judíos.
Luisito apenas había cumplido los ocho años, pero era un niño muy alegre e inteligente.
Un buen día, en el cole, escuchó a la profesora hablar sobre la existencia del alma. Ella explicaba que el alma es inmortal y que, por eso, continúa viviendo después de la muerte del cuerpo. La profesora, que era espírita, explicó: