COMPROBACIÓN UNIVERSAL DE LA ENSEÑANZA DE LOS ESPÍRITUS
Este comentario presentado por Kardec al respecto de la Doctrina Espírita es de gran relevancia y, posiblemente uno de los textos más notorios que nos legó el Maestro de Lyon. Contiene una serie de aclaraciones cuya lectura es de obligado cumplimiento para comprender, de una vez por todas, el cariz y la magnitud de la enseñanza presentada por los espíritus superiores a la humanidad, así como la manera de precaverse ante los posibles absurdos presentados como consecuencia de no seguir el método por él mismo aplicado en la recepción de las comunicaciones espirituales y el principio de concordancia.
El Maestro Kardec expone de manera expresa dónde reside la autoridad de esta Doctrina en algunos párrafos que merecen nuestro estudio atento y atención:
“Dios ha querido que la nueva revelación llegase a los hombres por un camino más rápido y más auténtico, por esto ha encargado a los espíritus el llevarla de uno a otro polo, manifestándose en todas partes, sin conceder a nadie el privilegio exclusivo de oír su palabra. Un hombre puede ser engañado puede engañarse a sí mismo, más no podría suceder lo mismo cuando millones de ellos ven y oyen la misma cosa: esto es una garantía para cada uno y para todos.”
“No se unirán a la opinión de un hombre, sino a la voz unánime de los espíritus; no será un hombre, y mucho menos yo, el que funde la ortodoxia espiritista; tampoco será un espíritu el que venga a imponerse a cualquiera que sea; será la universalidad de los espíritus, comunicándose en toda la tierra por orden de Dios; este es el carácter esencial de la doctrina espiritista, y ésta es su fuerza, ésta es su autoridad. Dios ha querido que su ley fuese asentada en una base indestructible; por esto no ha querido que se apoyasen en la frágil cabeza de uno solo.”
Queda magníficamente expresado a lo largo de toda esta exposición explicativa el buen sentido que engalanaba a Kardec, así como la gran humildad y perseverancia que le hicieron el candidato ideal a ojos de la espiritualidad para que llevara adelante con éxito tan grandiosa tarea.