En las Obras Póstumas, encontramos un capítulo titulado Imitación del Evangelio en el que la espiritualidad, a través de la mediumnidad del Sr. A., ofrece una comunicación fechada en Segur, el 9 de agosto de 1863.
En la nota inicial, Allan Kardec, esclarece que no había comunicado a nadie, ni siquiera a su editor el Sr. Didier, el título del libro sobre el que estaba trabajando y por el que se había retirado a Sainte Adresse buscando la serenidad necesaria. Ese libro no era otro que aquél cuyo título inicial fue Imitación del Evangelio y al que después, siguiendo los consejos del Sr. Didier y de algunas otras personas, según el propio Kardec nos revela, titularía El Evangelio según el Espiritismo.
En esta comunicación, así como en otras, también recogidas en las Obras Póstumas, la espiritualidad le advierte sobre la importancia del mismo y la influencia que este tendrá para la vida práctica de las naciones, hasta el punto de servir como un excelente código.
El Maestro de Lyon es advertido de los ataques que recibirá de parte del clero, así como de la necesidad de que el Espiritismo sea declarado como lo que verdaderamente es, mostrando a todos dónde se encuentra la verdadera Doctrina predicada por el Cristo.
En las lecturas que siguen a estos textos las comunicaciones se esmeran en clarificar aún más el objeto de esta obra, su importancia y la necesidad de la misma.
“Ahora comprendes porqué nosotros teníamos necesidad de tenerte a mano, desligado de otra preocupación que la de la doctrina (hablan aquí los Espíritus de su retiro a Saint Adresse). Una obra como la que elaboramos de común concierto, necesita recogimiento y soledad. Yo sigo con vivo interés los progresos de tu trabajo, que es un considerable paso de avance y abre al Espiritismo la larga vía de sus aplicaciones útiles al bien de la sociedad. Con esta obra, el edificio empezando a elevarse sobre sus cimientos, podrá dejar entrever su cúpula en el horizonte.”
La primera edición del Evangelio según el Espiritismo se publicó en París, en abril de 1864, con el título «L´Evangile selon le Spiritisme».
La síntesis de su contenido es la siguiente:
«La explicación de las máximas morales de Cristo, en concordancia con el Espiritismo y sus aplicaciones a las diversas circunstancias de la vida».
Su estudio se divide en una introducción y veintiséis capítulos, enunciados así:
No vine a destruir la ley; Mi reino no es de este mundo; Hay muchas moradas en la casa de mi Padre; Nadie podrá ver el reino de Dios si no nace de nuevo; Bienaventurados los afligidos; El Cristo Consolador; Bienaventurados los pobres de espíritu; Bienaventurados los que tienen puro el corazón; Bienaventurados los que son mansos y pacíficos; Bienaventurados los que son misericordiosos; Amar al prójimo como a sí mismo; Amad a vuestros enemigos; No sepa vuestra mano izquierda lo que dé vuestra mano derecha; Honrad a vuestro padre y a vuestra madre; Fuera de la caridad no hay salvación; No se puede servir a Dios y a Mamón; Sed perfectos; Muchos los llamados, pocos los escogidos; La fe transporta montañas; Los trabajadores de la última hora; Habrá falsos Cristos y falsos profetas; No separéis lo que Dios juntó; Extraña moral; No pongáis el candil debajo del celemín; Buscad y hallaréis; Dad gratuitamente lo que gratuitamente recibisteis; Pedid y obtendréis; Compilaciones de oraciones espíritas.