Fue el Espíritu coordinador a nivel espiritual de la obra de Allan Kardec, hasta en el más mínimo detalle. Siendo su venida por otra parte anunciada por Jesucristo: «Y yo rogaré al padre y el os enviará otro Consolador para que esté eternamente con vosotros, el Espíritu de verdad, Él os enseñará y recordará todas las cosas.» (Juan 14:16-17)